viernes, 4 de diciembre de 2009

SITUACIÓN ACADÉMICA DE LOS INSTITUTOS Y COLEGIOS UNIVERSITARIOS.Desarrollo de sus Funciones Universitarias

REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO PEDAGÓGICO “LUIS BELTRÁN PRIETO FIGUEROA”
SUBDIRECCION DE INVESTIGACIÓN Y POSTGRADO
SUBPROGRAMA DE MAESTRIA EN EDUCACIÓN
MENCION: INVESTIGACIÓN EDUCACIONAL
BARQUISIMETO







SITUACIÓN ACADÉMICA DE LOS INSTITUTOS Y COLEGIOS UNIVERSITARIOS.
Desarrollo de sus Funciones Universitarias







Autores: Darimar Molina
Perdomo Yoanyuly
Rincón Yenny
Sección: 173
Profesor: Olga Molano de Crespo








Barquisimeto, Diciembre de 2009



Breve Reseña Histórica de los Colegios
Universitarios en Venezuela

La creación de los Institutos Universitarios de Tecnología y los Colegios Universitarios obedece, por una parte, al interés y la influencia de los sectores empresariales por lograr la reorientación del contenido de la educación superior, y por otra parte, a las políticas de democratización, diversificación y regionalización de la educación, aplicadas por el Estado, a partir de la década del setenta.
Las políticas para reorientar los contenidos de la educación superior comenzaron a implementarse con la creación de las primeras universidades experimentales a partir de 1958 para satisfacer las demandas empresariales de una educación tecnificada, y, por otra parte, para responder a las demandas sociales de educación superior, en el contexto de los acelerados procesos de crecimiento demográfico y los procesos de industrialización que se gestan desde finales de la década del cincuenta y que adquieren una determinada reorientación a partir de la década del sesenta.
La creación de los Institutos Universitarios de Tecnología y los Colegios Universitarios base principalmente en el modelo tecnológico francés, gestándose el primer IUT (Región Capital), en Venezuela para 1971. Otra influencia que corresponden a los modelos de los Institutos Técnicos Universitarios es el modelo de los EE.UU., concretamente el Instituto Técnico (enfoque restringido) y el Community College (enfoque amplio), que tienen, al igual que en el modelo francés, un carácter post-secundario, orientados hacia la educación técnica, con carreras de corta duración y con una orientación práctica, aunque como en el caso francés evolucionaron hacia carreras universitarias (CERPE, Nº 18 1983).
La esencia de los Institutos Técnicos, era que su currículo era más flexible y general, orientados a satisfacer “una variedad grande de necesidades, teniendo en cuenta las habilidades, las aptitudes e intereses de los estudiantes”. Este modelo se asemeja a la concepción inicial que se da a Colegios Universitarios en Venezuela. En la etapa fundacional de los Colegios Universitarios fundados en el país, habrían estado orientados a proporcionar una “formación básica y a recibir a un estudiantado con una vocación hacia un saber predominantemente teórico o especulativo” (CERPE, Nº 19. 1983:6) que permitiría continuar estudios universitarios.
Posteriormente, en 1974, se define a los Colegios Universitarios como instituciones que atienden a la formación de técnicos de carreras cortas, profesores para la educación media y técnicos, asimilables a los que en otros países se denomina ingenieros de producción, que reciben estudiantes con interés hacia un saber aplicable a especialidades concebidas para satisfacer las demandas regionales del país e instituciones vinculadas al desarrollo de la comunidad y región respectiva.
Los Institutos Universitarios de Tecnología, estuvieron precedidos por la creación del Instituto Universitario Politécnico de Barquisimeto (IUPB) mediante el Decreto 846 de fecha 22 de septiembre de 1962. Esta Institución fue el resultado de un acuerdo entre el Ministerio de Educación y el Fondo Especial de las Naciones Unidas. Sus actividades comienzan en 1966 con las carreras de Tecnología Eléctrica y Tecnología Mecánica. En 1968 cambia de nombre y se le designa como Instituto Politécnico Superior. Con su creación surgen en Venezuela las carreras cortas de dos años con el título de Tecnólogo en la especialidad correspondiente. En 1972 cambia nuevamente de nombre a Instituto Universitario Politécnico y se convierte en Universidad con carreras de cinco años (CERPE, 1983).
Un año después de fundado el Instituto Politécnico de Barquisimeto se crea el Instituto Tecnológico de la Universidad de Oriente(1963), el cual se integra a las Escuelas de Ingeniería Eléctrica e Ingeniería Mecánica de la Universidad. En 1967 la misma Universidad, con la colaboración técnica francesa, crea una Escuela originalmente llamada Escuela de Técnicos Superiores, de nivel medio, para absorber la demanda de quienes no tenían acceso a la Universidad. Su primera promoción de Tecnólogos egresa en 1970, pero la Escuela finalmente se integra a las carreras largas de la propia universidad. Un año después se crea el Instituto Politécnico de Guayana creado mediante el Decreto 793 del 23 de noviembre de 1971 y finalmente con la creación del Instituto Universitario Politécnico Luis Caballero Mejías, el 24 de enero de 1974, mediante el Decreto 1583, se conformó un conjunto de instituciones politécnicas, dependientes del Ministerio de Educación, que constituyeron la mejor de las experiencias formativas en instituciones de este género (Díaz, 1983). Estas instituciones mantuvieron su condición de politécnicos hasta el año de 1979, cuando por Decreto presidencial son integradas y se crea la Universidad Politécnica “Antonio José de Sucre”, con sede en Barquisimeto.
Los institutos tecnológicos que surgieron de los politécnicos, dieron origen a otros proyectos que no se concretaron: el de la Fundación Hermanos de la Salle; el de la Universidad Simón Bolívar (USB), pero permitieron el conocimiento de diversos modelos y orientaciones de origen francés, inglés y norteamericano. Particular importancia tuvo la ayuda francesa, a través de la cual se hicieron los primeros diagnósticos de necesidades cualitativas y cuantitativas de Técnicos Superiores, con relación a nuestro nivel de desarrollo (CERPE, 1983).
Los primeros Colegios Universitarios datan de la década del setenta (1971). Si bien, se inscriben de modo regular dentro de las mismas dinámicas de crecimiento, su creación obedece más a políticas educativas orientadas a democratizar la enseñanza, la diversificación de la educación y para satisfacer de las demandas regionales, mediante la creación de institutos con programas adaptados a la intención hecha explícita en los planes de desarrollo de nación.
El esfuerzo inconcluso de la USB, se concretará finalmente con la creación del primer IUT de la Región Capital. Éste va a dar origen también al Decreto del Ejecutivo, sancionando la creación del primer IUT en Venezuela, el cual se produce el 6 de enero de 1971. Desde entonces y hasta se 1981 se fundan quince Institutos Universitarios de Tecnología oficiales y once privados. Y durante la misma década se establecen diez Colegios Universitarios oficiales y cuatro privados (CERPE, 1983).
Las motivaciones iniciales que originan a los primeros institutos tecnológicos durante los primeros años de la década del 60, se fundamentan en dos vertientes paralelas de igual importancia: la primera, el interés por reorientar la educación superior hacia “la formación de recursos humanos,” y luego como medio para responder a la necesidad de absorber la demanda educativa insatisfecha, en el contexto de unas necesidades y dentro de una concepción de desarrollo del país. Otras motivaciones, están vinculadas con el interés de las asociaciones empresariales por reorientar los contenidos de la educación superior hacia concepciones tecnocráticas.

ARTICULACIÓN DE LOS INSTITUTOS Y COLEGIOS UNIVERSITARIOS CON EL SECTOR PRODUCTIVO DE BIENES Y SERVICIOS. PERTINENCIA DE LOS CONTENIDOS CURRICULARES CON EL MERCADO DE TRABAJO MODALIDADES DE ARTICULACIÓN

La discusión en torno a la pertinencia de los contenidos curriculares de la educación superior con el mercado de trabajo, surge a partir de 1958 como expresión de la inconformidad de los sectores empresariales, agrupados en FEDECAMARAS, con el perfil universitario de los profesionales egresados por las universidades existentes entonces. Esa inconformidad ha sido permanente con relación a las universidades autónomas. Fue ella, una de las razones que sustentó el empresariado para promover la creación de los institutos politécnicos y a los institutos universitarios de tecnología. (Castellanos, 1990).
La primera de estas instituciones en Venezuela, surge como politécnico, la cual se crea con asistencia técnica de la UNESCO y su pertinencia ha sido testimoniada en múltiples documentos. Un año después de fundado el Instituto Politécnico de Barquisimeto se crea el Instituto Tecnológico de la Universidad
de Oriente (1963), que termina integrándose a las Escuelas Ingeniería de la Universidad. Luego se crearon tres politécnicos más que actualmente conforman una universidad. El surgimiento de estas instituciones generó un nuevo perfil de profesionales que se ha insertado con éxito en el mercado de trabajo por la posesión de un alto nivel de competencia técnica (Díaz Chacón, 1983).
Los institutos y colegios Universitarios del sector oficial y privado, han estado vinculados con los gremios empresariales y de modo directo con el mercado de trabajo. Estas instituciones nacieron al amparo de los enfoques empresariales y con ellas han estado consustanciados y articulados (ver documentos de las Asambleas de FEDECAMARAS desde el año 1958).
El sistema de pasantías, entre otras experiencias, también ha contribuido a conocer y a dar respuesta a las demandas específicas de los sectores laborales. Pero la pertinencia tiene múltiples ámbitos, que no la limitan a lo laboral. Ciertamente, las instituciones de educación superior deben estar abiertas a las demandas de diversos sectores de la sociedad, y dentro de ellos al sector laboral, pero la educación superior no puede estar concebida para satisfacer únicamente las necesidades del mundo del trabajo, en detrimento de la propia sociedad y del individuo.
Los modos, los medios, la cantidad y la complejidad del conocimiento que circula en la sociedad le otorgan nuevas dimensiones a los problemas de la educación. “Ahí que el concepto de “pertinencia” pase a ser fundamental, no solamente con relación a la producción, sino también a los procesos de organización, distribución y producción de conocimientos” (García Guadilla, 1998:14).
La Comisión Nacional de Curriculum del CNU (1997) define el principio de pertinencia y el compromiso, “…como el grado de contribución o intervención de las IES (Instituciones de Educación Superior) en la solución de las exigencias del entorno y de los problemas apremiantes de la humanidad (…)el compromiso, a tener conciencia de lo que la sociedad espera de las IES, alude la intencionalidad de sus acciones que implica tener planes permanentes, constantes y sistemáticos y obliga a tener un trabajo interrumpido y comprometido con los sectores donde intervienen con sus acciones académicas (1997:s/p).
En los Criterios Orientadores de las Políticas para la Educación Superior en Venezuela, establecidos en diciembre de 2001 por el Ministerio de Educación Cultura y Deportes, se afirma que la educación superior debe, “a) orientarse hacia la afirmación del interés público y de valores como, citando a Tünnermnan, “la tolerancia la justicia, la libertad, el respeto a los derechos humanos, la preservación del medio ambiente y la cultura de la paz;” b) contribuir al desarrollo de social, político, cultural y educativo en los ámbitos locales y regionales como en el ámbito nacional” (Políticas Estrategias para el Desarrollo de la Educación Superior en Venezuela, 2001:33).
Una de las aristas concretas del problema de la pertinencia institucional de los institutos y colegios universitarios, fundamentalmente privados, tiene relación con la diversidad curricular de estas instituciones. La sobreoferta de carreras y menciones, las cuales en algunos casos constituyen variantes o repeticiones de carreras ya existentes, se traduce también en una exagerada especialización, que multiplica las ofertas de carreras desvinculadas de la realidad económica y laboral de las regiones.
Otro ejemplo lo constituyen las ofertas para la formación de TSU en turismo y hotelería, en un contexto económico caracterizado por contracción crónica del sector y elevados índices de desempleo. En los últimos nueve años la tasa promedio de desempleo en el sector ha sido del 12 %. Frente a esa realidad se observa que cuatro universidades y 35 institutos y colegios universitarios ofrecen carreras en Hotelería y Turismo. De instituciones que ofrecen la carrera de Turismo y Hotelería, once corresponden la región capital. (CNU-OPSU).
Investigadores y sectores institucionales y académicos coinciden en señalar que existen, ciertamente, problemas de pertinencia, por el contenido del perfil de los profesionales que se forman en los institutos y colegios universitarios, cuya naturaleza está orientada hacia la formación de profesionales dentro del concepto de la teoría del capital humano, conforme a la cual la educación superior debe orientarse hacia la formación de técnicos y especialistas con los conocimientos mínimos necesarios para insertase en el mercado de trabajo, teoría que, conforme a María Egilda Castellanos (1990), ha tenido aceptación en América Latina y en Venezuela, y con la cual se han orientado las políticas para la educación superior.
El concepto de competencia engloba no sólo las capacidades requeridas para el ejercicio de una actividad profesional, sino también un conjunto de comportamientos, facultad de análisis, toma de decisiones, transmisión de información, etc., considerados necesarios para el pleno desempeño de la ocupación."(Ob. Cit. UNESCO-UNEVOC 2002). Se pretende con ello satisfacer los requerimientos de un mayor número de competencias y una mayor pertinencia de la educación superior exigidas por los sectores laborales y por la sociedad.

Articulaciones entre las Instituciones
de Educación Superior
La diversidad de instituciones universitarias a traído como consecuencia la desarticulación entre las mismas e incluso en el interior de las propias instituciones. Las Universidades No Experimentales y las privadas se hayan estructuradas por facultades, escuelas e institutos, conforme lo dispuesto por la Ley de Universidades vigente (Gaceta oficial Nº1429, Extraordinario, de 8 de de septiembre de 1970) esta organización hace más difícil la gestión, puesto que cada facultad, y hasta a veces cada escuela, funciona con poca, o ninguna coordinación con las otras de su género, lo cual convierte a la Universidad en una serie de feudosinsulares. (Llanos de la Hoz, S. 2000:3).
Esta desarticulación se acentuó a partir de 1953 con el surgimiento de las universidades privadas, en 1958 con la creación de las universidades experimentales y luego con la creación y la multiplicación descontrolada de los institutos y colegios universitarios como sistema paralelo a las universidades. Hasta 1952 existían en Venezuela sólo cuatro universidades públicas. Por otra parte, hasta ahora los planificadores del sistema secundario, concebido como nivel preparatorio para la universidad, han sido agentes distintos a los planificadores de la educación superior.
Otro punto interesante en esta temática nos señala una pregunta: ¿Qué pasa con los TSU?... Es un tema muy delicado, hoy en día estos tratan de reivindicarse ya que el empresariado no valora sus aptitudes y destrezas, en atención a los salarios ofrecidos, los beneficios, a pesar de la alta demanda de técnicos superiores; lo cual los ha llevado a seguir sus estudios y obtener la licenciatura.
A primera vista, la opción parece atractiva, aunque la espera por las equivalencias durante meses, e incluso años, pueden convertir al proceso en una pesadilla. "En la Simón Rodríguez, por ejemplo, hay que meterse en una cola de 15.000 personas", denunció el director del Instituto Universitario de Profesiones Gerenciales, Edgar Pérez, para quien los dictámenes de equivalencias deberían hacerse en las mismas universidades privadas, siempre y cuando sean supervisadas por la OPSU. (Ídem, Mina Pérez, 2000).
Con relación a estas dificultades el Presidente de la Junta Directiva de la Federación de Colegios de Técnicos, Víctor Gamarra, afirma que, “cuando no tardan demasiado, los TSU reciben muy pocas equivalencias, ya que la filosofía de estudios de los técnicos y de los licenciados son muy distintas".
Haciendo un breve análisis sobre el origen de los Institutos y Colegios Universitarios, se logra percibir la respuesta a esta desarticulación; tomando en cuenta que esas instituciones fueron fundadas para dar respuesta a una necesidad social y laboral, el TSU se orienta de manera muy distinta al Licenciado, lo que se puede observar claramente en sus contenidos curriculares.
MODALIDADES DE ARTICULACIÓN
No hay mecanismos apropiados de articulación entre las instituciones de educación superior. Hasta ahora, el problema ha sido abordado a través de la formulación de políticas e instrumentos que concretaron con creación del Decreto Nº 42 del 29 de marzo de 1979 que dispuso en su Artículo 1º, la creación del Subsistema Integrado de Educación Superior y con la elaboración del Instructivo para Equivalencias y Convalidación en Institutos y Colegios Universitarios. Un instrumento anterior y vigente, corresponde al Decreto Nº 1292, por el cual se dicta el reglamento de revalida de títulos y de equivalencias de estudios sancionado en Gaceta Oficial nº 28.826 de 145 de enero de 1969, durante el Gobierno de Raúl Leoni.
La creación del Subsistema Integrado de Educación Superior obedeció, conforme su señala en el primer considerando del Decreto, a la necesidad de armonizar y articular las diferentes ramas y subniveles de la educación superior para conformar un auténtico. Se aspiraba el mejoramiento del sistema de educación superior a través de ensayos y acciones coordinadas y planificadas entre las distintas instituciones de las regiones para lograr una mayor complementariedad y el uso eficiente de los recursos. El Artículo 2º establece que las instituciones de cada región deben articular planes de estudio de modo que se asegure la continuidad del proceso formativo. Se establece, como objetivo, conforme a este mismo artículo, la implantación de subsistemas regionales de educación superior “y la articulación vertical de los planes de estudio de los institutos y colegios universitarios con los de las universidades, a fin de que los egresados de los primeros que cumplan con los requisitos que las universidades, en uso de su autonomía dispongan, puedan continuar sus estudios en ellas.” El Artículo Nº 5 propone, al Consejo Nacional de Universidades la elaboración del Instructivo para Equivalencias y Convalidación en Institutos y Colegios Universitarios. En este instructivo el artículo 1º, establece que los estudios realizados en Venezuela o el exterior en instituciones de reconocida solvencia científica, podrán equivaler o convalidarse, conforme al criterio de la unidad competente para la educación superior. El Artículo 2º establece que la equivalencia o convalidación debe hacerse previo estudio pormenorizado de los programas y asignaturas cursadas y aprobadas por el aspirante. El artículo 3º y 4º del mencionado reglamento, establece el marco conceptual de lo que significan Equivalencia y Convalidación. El Artículo Nº 5º establece condiciones y peculiaridades que permiten la equivalencia cuando ella fuere por traslado de un instituto a otro o para continuar en la misma institución. Un requisito primario exige que el aspirante haya aprobado por lo menos la carga mínima académica inscrita. El artículo 6º establece los criterios para concesión de la equivalencia. El Artículo 8º establece que el aspirante hará la solicitud de equivalencia a la unidad competente del instituto o colegio seleccionado para continuar estudios. El Artículo 9º señala que la institución procederá a realizar el estudio de las equivalencias, ajustado al Instructivo para Equivalencias y a las que establezca la propia institución. El Artículo 10 indica que una vez concluido el estudio, remitirá el informe resumido, aprobado por el Consejo de la Institución, sobre las equivalencias concedidas. Este mismo artículo establece que el estudio de solicitudes en instituciones privadas lo hará el organismo competente del Ministerio de Educación, actualmente el Ministerio de Educación Superior. Es decir, se les exceptúa de la posibilidad de estudiar y conceder equivalencias. Actualmente sólo las universidades oficiales pueden hacerlo; la morosidad de este proceso, que puede durar entre tres meses y un año, ha llevado a las universidades nacionales ha establecer convenios interinstitucionales para agilizar la tramitación. Los convenios, establecen esencialmente que, la universidad oficial se compromete a tramitar de modo expedito, grupos o conjuntos de solicitudes de equivalencias, en determinadas carreras. Los convenios se establecen entre una universidad oficial y la privada, o entre una universidad oficial y un instituto o colegio universitario.

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